«Nuestros clientes desconocen el significado de «eficiencia energética» hasta que ven su factura eléctrica y escuchan lo que se pueden ahorrar.» Juan Vicente Costa, gerente de Serenia Energía.
Cada vez más las empresas están más obsesionadas con el ahorro de costes y la amortización secciones laborales o la optimización de productos y servicios para abaratar gastos. Los contables se hacen cruces para intentar cerrar los meses con los menores gastos posibles en la cuenta de resultados y se recortan muchos de los servicios o, incluso, derechos de los trabajadores para intentar ahorrar al máximo las costas de producción.
Si embargo, son pocas las empresas que piensan en eficiencia energética. Muchas de estas sociedades mercantiles pagan su recibo eléctrico como si de un ente se tratara. No valoran si el precio que pagan es el correcto ni se plantean posibles cambios de comercializadora eléctrica, por el simple desconocimiento o, incluso, por el miedo a quedarse “tirados” eléctricamente hablando, con el consiguiente parón laboral que ello supondría.
Este dogma de fe sobre la factura de la luz nos lleva a pagar religiosamente las cantidades, en su mayoría, abusivas que nos facturan las grandes compañías, sin pensar ni un segundo en el valor desproporcionado, excesivo o descompasado de esta misma cifra.
Por ello, y cada vez más, empresas como nosotros visitamos a numerosas empresas que deciden analizar estos costes y ver opciones de rentabilidad, valorando si la compañía eléctrica en cuestión es la adecuada o si, por lo contrario, deben cambiar, siguiendo siempre nuestros criterios de valoración.
Además, analizamos la infraestructura de la empresa, así como sus instalaciones, para materializar una propuesta de cambios que le provoquen a la firma un ahorro de hasta el 60% en su factura eléctrica.
Si tu eres el tipo de empresario que nunca ha valorado la factura de la luz, solo tienes que llamarnos y concertaremos una cita contigo sin ningún compromiso.